sábado, 10 de noviembre de 2007

Cuerpo pequeño que alberga un gran corazón

Por: Nury Estella Guzmán

Pasar por el centro de Medellín, es caminar en medio de la congestión de los carros, los peatones y el estrés de ciudad, pero también es sumergirse en el pueblo vendedor, comerciante y rebuscador no sólo de los viejos, sino de la nueva modalidad, lo niños picaros e innovadores que llegan a su gente contando un chiste
ò su propia historia de vida.
“Cómpreme un confite ó tengo hambre” es una de esas frases que los identifica. Samuel Muñoz Velásquez es un niño de 10 años que vive en la comuna 13 en un barrio de clase baja, Belencito Corazón, que entre bala, miedo y el horror de ciudad pasa la mayor parte de su tiempo vendiendo golosinas en las calles.

Es un niño como cualquier otro, sólo que la vida le ha mostrado otro camino. Samuel Muñoz no juega con carros, tampoco práctica el fútbol; por que hace algo más importante: sacar a su familia adelante.

La Jornada

El día para Samuel Muñoz comienza a las 5 de la mañana cuando se dispone a salir a la calle a vender sus golosinas; desde el barrio en el que vive Belencito Corazón se monta a los buses y de uno entro llega al centro, arranca por la avenida oriental, pasa por ayacucho, sigue por la carrera bolívar y así sucesivamente va pasando calles y carreras hasta llegar la noche. “No todo el mundo le compra a uno, no todo el mundo le cree lo que uno dice, claro que hay días de suerte, en los que la gente buena le regala plata y le deja el confite y uff, yo feliz” eso es lo que comenta Samuel.

Lo cierto es que este niño tiene su picardía para vender, esa a la que mucha gente la llamaría “ese niño tiene carisma”. Se acerca a las mesas de los bares y pregunta en tono muy gracioso: ¿Amiguito usted me llamó? Ahhh pero usted es muy buena gente, y le gustan los confites verdad, cómpreme, cómpreme no sea malito eso es lo que recuerda Fernando Vélez, un jovencito que un día cualquiera se sentó en un bar de la playa a tomarse una cerveza, cuando menos pensó ese niño se le acercó a ofrecerle sus golosinas y agrega “me causo curiosidad en la forma en la que vende y finalmente me convenció de comprarle”.

Y Su Familia


Tine 5 hermanitos menores que él con un dato muy curioso todos los nombres comienzan por “S” , Samir, Sein, Sergio, socorro,y Surley y su mamá se llama Matilde, no tiene papá, por que la guerra se loa arrebato, quizá, cuando menos se lo esperaba, en ese ir y venir de bala en esa época terrible en la comuna trece.


Samuel comenta que la muerte de su padre le preocupó mucho pues el es el mayor de sus cinco hermanos, realmente no sabia que hacer, y más en esos días que sentía tanta rabia al saber que su padre había muerto siendoinocente; lo que más recuerda aquella noche es que a piedra le volaron el techo de su casa, luego unos hombres comenzaron a disparar, sus hermanitosse metieron debajo de la cama, su papa salió a la puerta a ver que pasaba,transcurrieron más ó menos diez minutos y él no regresaba a la cocina donde yo estaba con mamá, salí corriendo a la puerta, pero papá estaba muerto.


La Comuna 13
El problema de fondo de los barrios marginados inicio casi desde su poblamiento, ya que históricamente se conocen como lugares de invasión, en los cuales desplazados de muchos lugares de Colombia llegaron a vivir, perseguidos por la violencia de los grupos armados y buscando oportunidades de Ciudad. Este es el caso de la familia Muñoz que llego del departamento de Santander huyéndole a la violencia que se registraba entre la guerrilla y los grupos paramilitares de la región.

Tratando de sobrevivir a esa realidad llegaron a Medellín a la comuna 13 que apenas comenzaba a poblarse, inicialmente construyeron su casa con cartones, luego Samir a medida que le resultaba cualquier trabajito en el barrio trataba de iba ahorrando para ir haciendo poco a poco la casa en madera, así lo expresó Matilde la madre de Samuel.

La comuna 13 ubicada en el occidente de la ciudad de Medellín ha vivido desde siempre las consecuencias del desplazamiento, sus laderas encarnan la cruda realidad de la pobreza, violencia y marginación. Así lo reveló el periódico el colombiano http://www.elcolombiano.com/ en una tabla según planeación municipal http://www.medellin.gov.co/ y la fundación social en la que muestra que en la comuna 13 predomina los estratos 1,2 y 3, con un nivel de educación bajo y con un bienestar social cegado para está población.El conflicto dejo muchos muertos: combatientes y civiles huérfanos, pobreza y desolación, es una realidad muy triste de describir, pero finalmente esa es la realidad de la ciudad y de muchos niños que encarne propia tratan de descifrar lo vivido en aquella época.


Lo más duro del conflicto es la impotencia que produce la guerra y paradójicamente la barraquera de la gente, sobre todo la de los niños que termina siendo cabezas de hogar, sin importar la edad muchos niños como Samuel tratan de velar por sus familias, saliendo a las calles a vender golosinas, con tal es tener algo que comer. Samuel gana mensualmente entre 180 mil y 200 mil pesos, dinero que es realmente muy poco para sostener a 5 hermanos y una madre pero el comenta que eso le alcanza para comer y mucho más, y agrega: lo que vale es hacer las cosas con amor.

Los Sueños de Samuel es un niño al que la vida le ha enseñado que las penas no son más que nuevas oportunidades para emprender la lucha de seguir adelante y sobrevivir en ese lugar que a veces se torna oscuro para muchos. Él nunca deja de soñar con un mañana mejor, con la idea de ser reconocido en el futuro y: porqué no? Ser modelo de algún almacén grande de ropa.

Por la supervivencia de su familia, Samuel, ha sacrificado esos años de infancia en los que todo es color de rosa y las únicas preocupaciones es jugar con los amigos.Este niño vive en un mundo de adultos, donde el dinero es aquel que le permite el diario vivir dejando atrás las golosinas, y pensamiento puros, para enfrentar cara a cara una realidad cruel y callejera, siempre con un arma muy especial, y es su gran corazón.